Traductor

sábado, 9 de marzo de 2013

Leer un clásico siempre es un reto



























Leer un clásico siempre es un reto. Conseguir que a niños adolescentes de catorce años, enganchados a Gran hermano o al messenger, les despierte un mínimo interés es casi una utopía; y si además quieres que entiendan el libro un poco en profundidad y que no se queden con la lectura superficial y rápida has de ayudarlos. Casi casi has de sentarte a leerlo con ellos.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiScoj0T87UrRH9cXKFt8NqbVqlUzfjCMX8Sw7xny9WSpwgRqOmMl-z76b1BuFxuwZhwGn7wuHqXnK8fE90Ykioco6dZ6zlwSJD_NbNn2vaONtH_WaiWqmzwjuA9difjfdDm0XOolURgNw/s1600/Luis+santamaria+Pizarro-El+lazarillo+de+Tormes.jpg


El Lazarillo de Tormes no es una excepción. Lo primero que hay que hacer es escoger una buena edición para ellos.  La adaptación hecha de este clásico por Vicens Vives es buena y la recomiendo (también a adultos que no se hayan atrevido antes con este clásico)
Es una novela  anónima que se publicó en el año 1554. Pertenece al género de la novela picaresca, género que destaca entre los demás tipos de novela que se escribían en aquella época, por su realismo. Así que es una buena manera de conocer la forma de vida del siglo XVI.
Explica la vida de un pobre niño de familia humilde cuya madre, viuda de un ladrón,  lo entrega a un ciego como criado para no tener que mantenerlo.  A partir de ahí sus aventuras y desventuras con varios amos sería la lectura fácil y superficial que se puede hacer del libro, pero el Lazarillo es mucho más que eso.
El Lazarillo es un retrato ácido de la sociedad de su época y la verdad es que no deja títere con cabeza. Básicamente muestra como la gente humilde pasaba verdadera necesidad y robaba en muchas ocasiones para sobrellevar sus penurias; muestra una clase eclesiástica llena de hipocresía y curas muy poco ejemplares, ya sea por su lujuria, tacañería o avaricia; y en definitiva, como las apariencias y la honra eran lo que más contaba para muchos.
El origen familiar del protagonista ya lo marca desde un principio y tanto sus progenitores como los diversos amos que tiene son un mal modelo para él, todos roban, engañan y aparentan ser lo que no son. De este modo Lázaro evoluciona como un niño que, a base de palos y de mucha hambre, decide a medida que crece que lo único que importa es buscar el propio beneficio,  aunque sea renunciando a toda moral y honra, pues entre otras cosas ha aprendido que la honra no te da de comer.
Así, nuestro protagonista antihéroe logra sobrevivir, pero se convierte en  víctima moral de una sociedad tremendamente injusta que no le ha dado ninguna oportunidad ni educación ¡Cuántas cosas sabias se pueden aprender de este libro! Quizás el siglo XVI no esté tan lejos.  .

2 comentarios:

  1. Mi hija es adicta al watsapp, pero por suerte, tambien a la lectura. El lazarillo de tormes, le gusto mucho!

    ResponderEliminar
  2. ¡Pues felicidades! Es la mejor adicción que se puede tener.

    ResponderEliminar